Después de 8 años podría ser un plan impensable intentar escribir algo nuevo. Han sido ya innumerables veces en todo este tiempo en que he puesto en palabras lo grandioso que es estar a tu lado, y nunca me cansaré de expresarlo.
Hace 8 años atrás éramos muy inmaduros, hoy tampoco somos unos sabios, pero quizás para nuestro aniversario número 50 podremos jactarnos de serlos. A veces se sienten muy lejanos aquellos días en la Santa María o en la Federación de Estudiantes donde comenzamos a cimentar esta relación. Añoro esos días en que pareciese que vivíamos exclusivamente para amarnos y estar juntos casi todo el tiempo (a veces también teníamos nuestras responsabilidades, como estudiar o dar los certámenes). Los mejores días de esa época fueron contigo.
8 años, creo que el lugar que escogí para pedirte que fueras mi polola no fue el más maravilloso, de hecho por algo el siguiente lugar para una propuesta importante fue el Top of the Rock, pero ahí estaba el mar, un compañero nuestro de toda la vida, que siempre me ha inspirado calma, quizás la calma que necesitaba para decirte las palabras mágicas.
New York fue algo asombroso. Creo que te dije que mis expectativas antes del viaje no eran las más alta, pero sino hubiese sido por la energía que le pusiste a ese plan quizás todavía no habríamos puesto un pie en la gran manzana. Miro con mucha nostalgia las fotos de ese viaje, pero volveremos. Cuando volvimos pensé que iba a ser muy difícil volver a experimentar felicidad después de tal aventura, pero tú tienes esa capacidad de asombrarme y puedes hacer cada uno de mis días especial, y he sido muy feliz después de ese viaje.
Vienen cambios, eso a veces da miedo, pero tú eres quien me da coraje y energía. Estos 8 años a tu lado han sido maravillosos, pero tengo una tarea para los dos: Hagamos que los 8 años que vienen sean más extraordinarios de los que acaban de pasar.
Siempre serás la mejor.
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